Cuando se empieza la formación académica siempre tenemos una visión hacia futuro, esperamos que los logros académicos contribuyan para la formación de una persona integra y segura de sí misma, llena de esperanza frente a la vida, con el fin de obtener hombres y mujeres que emprendan proyectos de vida en pro de sí mismos y de su comunidad.
La comunidad franciscana forja a los estudiantes, como un herrero forja el hierro para obtener una espada, firme, resistente, que pueda abrirse camino en un mundo que es cada vez más exigente, Por eso procuramos que nuestros estudiantes, se formen con fortaleza para afrontar las adversidades, pero también sensibles frente a una realidad que nos invita al cambio y aportar un granito de arena a la construcción de una sociedad más integra y justa.
Este símbolo representa a Francisco, un hombre lleno de bondad y ternura, quien siempre tuvo presente la imagen y el amor de Dios en todas sus obras, y junto con él como escudo de protección, emprendió la transformación del mundo.
Recibámoslo como una invitación a inspirarnos siempre en su vida de amor profundo a Dios y entrega comprometida en la construcción de una nueva sociedad.